El Principio de Dar
EL QUE AMA, DA
Cuando leemos la
Escritura desde su inicio, es fácil descubrir que la naturaleza de Dios es DAR,
PROVEER, OTORGAR, AÑADIR, ENRIQUECER, EMBELLECER, ETC.
El apóstol Juan en
su Evangelio nos dice la razón por la cual el Dios de la Biblia constantemente
DA, y esa razón la encontramos en el atributo del AMOR. Recordemos que Dios no
tiene amor, sino que Él es amor, por eso da, porque la esencia del amor es
despojarse a sí mismo para el amado. Por eso, solo puede dar el que ama, Jn. 3:16 "De tal
manera amó Dios al mundo, que dio a su
Hijo unigénito.
Solo
los corazones enfermos dan por un interés mezquino, o emplean el recurso de dar
para llamar la atención de alguien a efecto de ser amados, pero ellos mismos
saben que la gente está con ellos por lo que tiene y da (interés), y no por su
esencia, a la manera de los acompañantes del Hijo Pródigo, que al escasear los
bienes materiales, también escasean los amigos. En contraparte con el Padre que
lo recibe sabiendo la condición paupérrima en la que llega; sin esperar nada a
cambio, y lo recibe para darle vestido, anillo, calzado, cordero, fiesta, etc.
Eso es dar por amor.
Ese
Padre del Pródigo es un prototipo de
Nuestro Padre Celestial, cuando da algo es porque lo motiva el amor, y por ende
cuando Dios da, otorga lo mejor que tiene, esa es la razón por la cual dio lo
más grande que tenía: su Hijo Unigénito. Nunca da lo que sobra, lo que no
sirve, o con avaricia; sino que Dios da lo mejor que tiene a su único hijo
Jesucristo.
LOS HIJOS DE DIOS SE PARECEN A SU PADRE
Todos
los hijos de Dios se parecen a su Padre, por eso los hijos DE DIOS AMAN, y como
aman DAN lo mejor, no lo que sobra, ni con carga, ni con tristeza, 1Jn 4:7
Amados, amémonos unos a
otros, porque el amor es de Dios. Todo
aquel que ama es nacido de Dios y conoce a Dios. 8 El que no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor.
Existe otra
paternidad que se maneja en el reino de la tierra, la del diablo, el cual es
mezquino, avaro, acaparador, y todos los hijos del diablo sus obras hacen pues
se parecen a su padre, Jn. 8:43 Vosotros sois de vuestro
padre el diablo, y los deseos de vuestro
padre queréis hacer...
Hay un
dicho antiguo que contiene una gran verdad: mal le paga el diablo al que bien
le sirve, recordemos la esplendidez del Padre del llamado hijo pródigo que
representa la misericordia abundante y liberalidad de Nuestro Padre Celestial,
en contraste con el dueño de la pocilga que desde luego representa la
naturaleza mezquina del príncipe de las tinieblas que ni siquiera las
algarrobas de los cerdos le otorgaba, Lc. 15:14 Cuando todo lo
hubo malgastado, vino una gran hambre en
aquella provincia y comenzó él a pasar necesidad. 15 Entonces fue y se arrimó a uno de los
ciudadanos de aquella tierra, el cual lo
envió a su hacienda para que apacentara cerdos. 16 Deseaba llenar su vientre de las algarrobas
que comían los cerdos, pero nadie le
daba.
Por eso
los hijos de Dios entendemos que en el Reino de los Cielos no posee más quien
más acapara, sino quien más reparte, Prov. 11:24 Hay quienes
reparten y les es añadido más, y hay quienes retienen más de lo justo y acaban
en la miseria.
SOLO EL QUE SE SIENTE BENDECIDO DA
Cuando
una persona decide aportar es porque se siente bendecida y próspera, mientras
que el que se siente pobre y necesitado es el que vive pidiendo, los hijos de
Dios no solo nos sentimos bendecidos sino que lo somos. Nos bendijeron desde
las esferas celestes, y dicha bendición
se hace efectiva desde el día que en la tierra Jesucristo entró a
nuestro espíritu a fusionarse; somos los coherederos con Cristo, por eso
aportamos, damos y nos despojamos pues la herencia recibida es eterna, es decir
nunca se acaba, Rom. 8:16
El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. 17 Y si hijos,
también herederos; herederos de
Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos
glorificados.
NOTA
Los
hijos de Dios, son los nacidos de nuevo por la fe en Jesucristo, aunque viven
en la tierra han cambiado de reino, y ahora caminan en la esfera del Espíritu
rigiendo sus vidas bajo los principios de este Reino, Col 1:13 Él nos ha
librado del poder de las tinieblas y nos
ha trasladado al reino de su amado Hijo.
En el Reino de los
Cielos es mejor dar que recibir, Hech. 20:35 En todo os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y recordar
las palabras del Señor Jesús, que dijo:
"Más bienaventurado es dar que recibir".
Nadie puede dar lo
que no tiene, esa es la razón por la cual los Nacidos de Nuevo somos los
llamados a dar, pues somos los hombres más ricos del Universo. Somos los
herederos de Dios y coherederos con Cristo, bendito sea su Nombre, somos los
portadores de la Presencia de Dios, quién puede poseer esto en toda la faz de
la tierra, sino los renacidos por el Espíritu.
BENDECIDOS DESDE LOS CIELOS
TODOS LOS SALVOS
TENEMOS BENDICIONES OTORGADAS DESDEN ANTES DE LA FUNDACIÓN DEL MUNDO, EN LOS
LUGARES CELESTIALES, Ef.
1:3 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro
Señor Jesucristo, que nos bendijo con
toda bendición espiritual en los lugares celestiales con Cristo. 4 según nos
escogió con él antes de la fundación del mundo, para que fuéramos santos y sin
mancha delante de él.
No habíamos nacido y ya éramos benditos, es más, los talentos,
dones, y ministerios; nos los repartió el Padre antes de nacer, como le sucedió
a Jeremías Jer. 1:5 "Antes que te
formara en el vientre, te conocí, y
antes que nacieras, te santifiqué, te di por profeta a las naciones".
LA BENDICIÓN SE DETIENE POR LA MUERTE ESPIRITUAL QUE OCASIONA EL
PECADO
Cuando
los espíritus que habían recibido las bendiciones en el cielo toman cuerpos en
los vientres maternos, reciben la genética Adámica de pecado heredado por los
padres, en esa genética se encuentra la inclinación al mal.
Una
persona no peca en toda su etapa infantil mientras su conciencia está en
inocencia, es decir cuando no sabe qué es bueno y qué es malo, Rom. 7:9
Y yo sin la Ley vivía en un tiempo (estado de inocencia); pero al venir
el mandamiento, el pecado revivió y yo
morí (estado de conciencia).
Como
vemos en este pasaje de Rom. 7:9,
cuando Pablo maduró (igual que cada uno de nosotros), la conciencia y
entendimiento la Ley, es decir, discernimos lo bueno y lo malo, nuestra
naturaleza caída heredada de Adán nos llevó a pecar y por ende a la muerte, Rom. 3:23
por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios.
Cuando
hablamos de muerte nos referimos al espíritu que traía las bendiciones
celestes. Y desde luego no entendamos la muerte como dejar de ser, sino como lo
entendemos en el griego, separación.
O sea
que el espíritu bendito por Dios fue separado, o apartado del Dios Espíritu.
Siendo destituido, y considerado muerto por los delitos y pecados, Ef. 2:1
Él os dio vida a vosotros, cuando
estabais muertos en vuestros delitos y pecados.
Así
toda bendición fue postergada, hasta el tiempo en que dicho espíritu fuera
resucitado por la gracia y misericordia de Dios. A esa resurrección del
espíritu del hombre Jesús le llamó nuevo nacimiento, en Ef. 2:1 Él os dio vida a
vosotros, cuando estabais muertos en vuestros
delitos y pecados.
La ley
que nos condenó por el pecado ancestral de Adán y nuestra voluntad rendida al
pecado, no anuló la promesa de bendición, solo la postergó, mientras cumplía su
misión, que era llevarnos a Cristo, Gal 3:17 Esto, pues,
digo: El pacto previamente
ratificado por Dios en Cristo no puede ser anulado por la Ley, la cual vino cuatrocientos treinta años
después; eso habría invalidado la
promesa, 18 porque si la herencia es por la Ley, ya no es por la promesa; pero Dios se la concedió a Abraham mediante
la promesa. 19 Entonces, ¿para qué sirve la Ley? Fue añadida a causa de las transgresiones,[19] hasta que viniera la descendencia[20] a quien fue hecha la promesa; y fue dada por medio de ángeles[21] en manos de un mediador.
Media
vez llegamos a Cristo, Él es la simiente en la que seríamos bendecidos según el
pasaje de Efesios uno, ahora es tiempo de recibir y que se activen esas
bendiciones.
Ya en
Cristo estamos bendecidos, y así debemos sentirnos, solo con haber nacido de
nuevo, reconciliarnos con el Padre, tener comunión con El, ser sellado con el
Espíritu Santo, etc. Es que debemos sentirnos mega bendecidos.
Las
bendiciones que recibimos tienen la forma de talentos, que podemos convertir
en realidades en la esfera terrenal que
vivimos, es como el extranjero que lleva su moneda al país donde va, su moneda
no es útil en dicho país, lo que necesita es un cambio de moneda, que al
convertirlo en un banco, a la moneda nacional del país en donde es extranjero
le proporciona poder adquisitivo para moverse en dicho país.
Nosotros
traemos bendiciones espirituales, porque en el cielo las necesitábamos, pero al
venir a la tierra, necesitamos convertirlas a la esfera terrenal, donde
peregrinamos como extranjeros.
La
forma de activar dichas bendiciones al terreno Tierra, es activando los
principios de Dios, y uno de los principios que debemos activar es el principio
de DAR.
Para que funcionen
estas bendiciones debe haber un nuevo nacimiento, porque esas bendiciones
fueron otorgadas a los espíritus (sin cuerpos),
pues fue en los lugares celestiales donde las recibimos.
ELEMENTOS PARA DAR
Para
que un creyente de amor, amistad, perdón, y ofrendas a la obra de Dios, o al
necesitado debe: Sentirse bendecido, y ver al que se le da, el rostro de Dios.
Un ejemplo de esto lo describe el Génesis con Jocob.
Jacob ejemplo de dador
Siempre
Jacob pelea por las bendiciones, desde luego las pelea porque no se siente
bendecido pues no es el primogénito sino el segundo, y los primogénitos son los
herederos de las mejores porciones.
Pero
pelea mal, pues no sabe cómo adquirir las bendiciones que él ya traía desde
antes del vientre de su madre. E ignora el decreto que Dios emitió desde el
Cielo que aunque era un perdedor en la lucha del vientre, para Dios es su
vencedor, y el portador de la máxima
herencia, no cabe duda que la ignorancia es la peor maldición que alguien pueda
tener, Mal. 1:2 "Yo os he amado, dice Jehová. Pero vosotros
dijisteis:"¿En qué nos amaste?" ¿No era Esaú hermano de Jacob?, dice
Jehová; sin embargo, amé a Jacob 3 y a Esaú
aborrecí; Convertí sus montes en desolación y abandoné su heredad a los
chacales del desierto.
JACOB MAL ASESORADO HUYE DE LA CASA
El
método de la de la madre es carnal, injusto, desleal; por eso Dios no lo avaló,
de tal manera que nunca disfrutó esa primogenitura mal ganada. Causando la
enemistad con su propio hermano mayor, quien lo amenaza de muerte; amenaza que
sería ejecutada al morir el padre de ambos.
Así
Jacob huye a la casa de un hombre injusto y tramposo llamado Labán; que
injustamente diez veces le cambió el salario, y quizá lo más doloroso fue
cuando trabaja siete años por la hermosa hija de Labán llamada Raquel, y que al
final por una ley ignorada (otra vez la ignorancia) por Jacob, en vez de
recibir a Raquel, le dan a Lea hermana de Raquel, quien era una mujer mayor y
solterona.
Después
de varios problemas sale huyendo de la casa de Labán como que fuera un
delincuente, y sin sentir bendición, pese a que sale con un sin número de
riquezas que cualquiera podría envidiar, pero no las puede disfrutar porque a
la riqueza adquirida le falta el ingrediente principal que es la bendición.
JACOB DA PORQUE SE SIENTE BENDECIDO
Es en
Peniel, donde Jacob, recibe la bendición de Dios, ahí se da cuenta que ha
pasado una serie de conflictos por ignorar que es el consentido de Dios.
En
medio de una gran tribulación logra reconocer que lo que falta es la bendición
de Dios, y ahora pelea por ella. Y la obtiene. Solo que le costó el nombre, la
forma de caminar, y pudo obtener y hacer efectiva la bendición predestinada, y pasarla a la
realidad terrena.
Lo
primero que hay que dar es el corazón, el nombre que es todo lo que
representamos, despojarnos de los sentimientos carnales, mezquinos, de
pensamientos terrenales y humanísticos, y sobre todo de métodos fuera de la
Palabra de Dios.
Ya
sintiendo que está sumamente bendecido pasa
a la fase número dos: DAR.
Ya
bendecido, ahora le ofrece a su hermano dotes y regalos, ya no le quiere robar,
ni con guisados, ni con trampas, porque ahora ya tiene la bendición, lo que
hace es dar, ofrecer, regalar. Y no
codiciar lo que no le pertenece. Ni violar leyes, ni siquiera fatigarse. Pues
ya tiene lo más grande: la gloria de haber visto a Dios. Y haber recibido un
nombre nuevo, y un modo de caminar diferente.
JACOB DA PORQUE VE A SU HERMANO COMO VER A DIOS
Jacob
le dio a su hermano, que era un carnal, un fornicario, y avaro; porque no le
vio sus errores, ni mucho menos lo ve como un rival, sino como a Dios, porque
en realidad cuando damos le damos a Dios, y no al hombre, o a la congregación,
institución, etc. Le damos al mismo Dios, Gen 33:10 Jacob replicó:
--No, yo te ruego; si he hallado ahora gracia a tus ojos, acepta mi regalo, porque he visto tu rostro como si hubiera
visto el rostro de Dios, pues
que con tanta bondad me has recibido. 11
Acepta, te ruego, el regalo que te he traído, pues Dios me ha favorecido y todo lo que hay
aquí es mío. E insistió hasta que Esaú
lo tomó.
Cuando
vemos a los ministros, al hermano, la institución, o la congregación como el
rostro de Dios es fácil aportar, dar, y bendecir; note que Jacob cambió de ser
el codicioso de lo que poseía Esaú su hermano, a un hombre que ahora le insiste
a Esaú que le reciba de lo que él tiene. De mendigo a dador alegre.
DIOS BENDICE A LOS QUE BENDICEN
Ciertamente
cuando aportamos algo no lo hacemos a los hombres sino a Dios, y cuando Dios
recibe la ofrenda, inmediatamente nos da, y de acuerdo a su medida, a sus
riquezas en gloria, pues el por naturaleza quiere dar. Y encuentra en el dador
alegre una pista de aterrizaje para darle más.
Mat 10:41 El que recibe a un
profeta por cuanto es profeta,
recompensa de profeta recibirá; y
el que recibe a un justo por cuanto es justo,
recompensa de justo recibirá. 42
Y cualquiera que dé a uno de estos pequeños un vaso de agua fría solamente, por cuanto es discípulo, de cierto os digo que no perderá su
recompensa".
Pro
19:17 A Jehová presta el que da al
pobre; el bien que ha hecho se lo devolverá.
Mat
25:37 Entonces los justos le responderán
diciendo: "Señor, ¿cuándo te vimos
hambriento y te alimentamos, o sediento
y te dimos de beber? 38 ¿Y cuándo te vimos forastero y te
recogimos, o desnudo y te vestimos?
39 ¿O cuándo te vimos enfermo o en la cárcel, y fuimos a verte?" 40 Respondiendo el Rey, les dirá:
"De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis
hermanos más pequeños, a mí lo
hicisteis".
Entonces
nuestras ofrendas no son por interés, sino por amor, por gratitud, por agradecimiento,
porque ya llegó a nosotros la bendición, ya somos benditos y entramos en el
círculo de Dios, te doy, me das, me das te doy, etc.
Entonces
la economía, no es afectada por el lugar de trabajo, vivienda, ciudad; ya que
donde estemos seremos benditos y daremos bendición aunque no haya dinero,
porque la bendición no es precisamente el dinero sino portar su presencia,
gracia, amor, nombre, etc. Hech. 3:6 Pero Pedro dijo:
--No tengo plata ni oro, pero lo que
tengo te doy: en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda. 7 Entonces lo tomó por la mano derecha y lo
levantó. Al instante se le afirmaron los
pies y tobillos; 8 y saltando, se puso en pie y anduvo; y entró con ellos en el templo, andando,
saltando y alabando a Dios.
Recuerde
siempre que el bendecido por Dios, todo lo demás que necesite como extranjeros
en esta tierra se le añade. Y la medida de Dios siempre supera las expectativas
de la mente humana. Dios siempre nos sorprende con abundancia.
LA VIUDA NO TENÍA MUCHO DINERO PERO SE SENTÍA BENDITA
Mcs. 12:42 Y vino una viuda pobre y
echó dos blancas, o sea, un cuadrante. 43 Entonces,
llamando a sus discípulos, les
dijo: --De cierto os digo que esta viuda pobre echó más que todos los que han
echado en el arca, 44 porque todos han
echado de lo que les sobra, pero
esta, de su pobreza echó todo lo que
tenía, todo su sustento.
La
mujer era pobre en dinero, pero se sentía tan bendecida que dio todo lo que
tenía, y en ningún momento Jesús con sentimientos enfermos condenó que haya
echado todo su sustento a las arcas del templo, por el contrario lo elogió.
Hay
gente humanista que cree que cuando alguien de escasos recursos aporta para la
obra de Dios, es un acto de injusticia, porque ignora que el que ama a Cristo
se despoja de todo, pues el ya lo hizo antes por nosotros, y que sin buscarlo
se encuentra con la fórmula de prosperar en Dios, que es DAR.
Cabe
concluir que los hijos nos parecemos a nuestros Padre por lo tanto damos por
amor, ya que nos sentimos bendecidos desde que Jesús entró a nuestras vidas, y
desde luego porque ya no ignoramos los métodos de Dios para seguir recibiendo:
DAR.
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